Paco Pomet. La Tierra Prometida, 2010. Oil on canvas. 47.24 inches x 47.24 inches. Private Collection.
Paco Pomet. La Brecha, 2014. Oil on canvas 47.24 inches x 63 inches. My Name is Lolita Art Gallery, Madrid, Spain.
Paco Pomet. Deserción, 2014. Oil on canvas. 47.24 inches x 47.24 inches. Collection of Guillermo Martínez Casán, Madrid, Spain.
Paco Pomet. Forastero, 2014. Oil on canvas. 47.24 inches x 63 inches. The Fernando Saludes García Collection, Valencia, Spain.
Paco Pomet. Escape, 2013. Oil on canvas. 51.18 inches x 66.92 inches.
Collection of Nick Steinhardt and Jzenya Faynerman, Los Angeles, California.
Paco Pomet. Ost-West, 2006. Oil on canvas. 78.74 inches x 78.74 inches. Private Collection.
Paco Pomet. Internacional, 2008. Oil on canvas. 43.30 inches x 59 inches. Collection of Alberto Urgel, Madrid, Spain.
November 25, 2015 – March 30, 2016
The figurative paintings of the Spanish artist Paco Pomet (b. 1970) transform mostly anonymous graphic sources into examinations of history, memory, and the absurd. Elements of subversion, at times subtle, then flagrant, imbue his compositions – usually monochromatic landscapes and portraits – leaving the viewer both intrigued by their accuracy and technical mastery, yet puzzled by their iconology.
A native of Granada, Pomet is a mid-career artist with an international reach, a prolific artistic output, and one who is commanding increasing scholarly attention for his already impressive oeuvre. Charged with denotative and connotative meaning, his work pleases the eye while provoking the mind, making sometimes surprising statements. As the artist, he is the first cause, the one who transforms his concerns into an image, allowing the viewer to deductively and inductively translate that effect.
Pomet’s work is embedded in the contemporary visual culture of intensive production of images yet also goes against the current, vindicating the use of the imagination to challenge the commonly obsolete perception of reality. In his paintings, the artist distorts the meaning of the image he reproduces through different ways: by integrating an element – often humorous – that is out of context within the subject that is depicted; by deforming characteristics or physical extremities of the beings he portrays; by playing with scale; or by using bright, almost unreal, colors. The result is a hilarious if not shocking or mysterious composition that invites the viewer to search for meaning, a playful proposition that reflects Pomet’s ultimate interest in “nourishing an active naiveté for looking at everything anew,” far from conventions.
A prominent characteristic of Paco Pomet’s oeuvre is the almost tangible presence that the dimension of time commands in his paintings. The artist’s fascination with the technological revolution of the first half of the twentieth century, and the innovative spirit from which it arose, is translated in his work through the representation of inventions of this era, often infused with an anachronistic twist. Other recurring themes in Pomet’s oeuvre are his “grotesque” propositions; his incorporation of elements of Americana; compositions of non-sites; and the capturing of situations immediately preceding a fatal event.
Pomet’s oeuvre relates to the work of René Magritte (Belgian, 1898 – 1967) which bears enigmatic yet surreal elements. His painterly style is aligned with that of the postmodern artist Mark Tansey (American, b. 1949). Pomet also joins Gerhard Richter’s (German, b. 1932) interest in ‘photo-painting,’ naturalizing the illusionistic space and equalizing the oeuvre’s information through the blurring of its background. In Spain, his work shares with Ángel Mateo Charris’ oeuvre (b.1962) its inspiration in comics and Pop-Art, and with that of his former studio colleague, Santiago Ydáñez (b. 1969), its technical freshness.
Paco Pomet is the first retrospective museum exhibition of the artist’s work in the U.S.
Images courtesy of the artist. This exhibition has been organized by Artis—Naples, The Baker Museum.
El pintor español Paco Pomet (1970) se vale de fuentes gráficas prácticamente anónimas para abordar, en sus lienzos, aspectos diversos de la historia, la memoria y lo absurdo. Elementos subversivos, ora sutiles, ora flagrantes, tiñen sus composiciones — paisajes y retratos, en gran parte monocromáticos — dejando al espectador intrigado por su exactitud y maestría técnica, a la par que desconcertado por su iconología.
Nacido en Granada, Pomet llega al punto medio de su carrera con una producción prolífica, reconocida internacionalmente, y cosechando un creciente interés académico. Su obra, cargada de significado denotativo y connotativo, agrada a la vista y provoca a la mente, haciendo, por momentos, declaraciones sorprendentes. Como causa primera de su trabajo, el artista granadino traduce sus preocupaciones en imágenes, invitando al espectador a encontrar un sentido a lo representado de forma deductiva e inductiva.
Desde un punto de vista global, el trabajo de Pomet se inserta a contracorriente en la cultura visual contemporánea de producción intensiva de imágenes reivindicando el uso de la imaginación para desafiar la percepción comúnmente anquilosada de lo real. En la ejecución de sus cuadros, el pintor distorsiona el significado de la imagen que toma como referencia de formas diversas: integrando un elemento ajeno a la temática descrita y, por lo general, jocoso; deformando los miembros o extremidades físicas de los seres que retrata; combinando escalas diferentes o empleando colores muy vivos, casi irreales, entre otros. El resultado es una composición hilarante, cuando no chocante o misteriosa, que exige al espectador la búsqueda de un sentido. Este envite lúdico que Pomet establece con el público refleja su deseo último de “alimentar una ingenuidad activa que invite a mirarlo todo de nuevo”, lejos de ataduras y convenciones.
Desde un punto de vista particular, la factura pometiana se distingue por el valor casi tangible que la dimensión temporal adquiere en su obra. La fascinación del pintor por la revolución tecnológica de la primera mitad del siglo XX, y el espíritu innovador de que ésta surgió, se traduce, en sus lienzos, en la representación de numerosos inventos de dicha época animados por un aire futurista. No menos exclusivos del trabajo de Pomet son la elaboración de “esperpentos”; la recreación de escenas características de la Norteamérica profunda; el encuadre de no-lugares; y la captura de instantes inmediatamente anteriores al suceso de una fatalidad.
Con todo, su obra se nutre de numerosas referencias. Por un lado, se vincula al legado de René Magritte (Bélgica, 1898-1967), cuyas composiciones pictóricas contienen proposiciones enigmáticas y surrealistas. Por otro, el estilo del granadino se alinea con el del artista posmoderno Mark Tansey (Estados Unidos, 1949). A Gerhard Richter (Alemania, 1932), le une, asimismo, el interés por la ‘foto-pintura’, naturalizar el espacio ilusionado y ecualizar la información de un cuadro a través del desdibujamiento de su fondo. En España, la pintura de Pomet comparte, con la de Ángel Mateo Charris (Cartagena, 1962), su inspiración en cómics y el arte pop y, con la de su antiguo compañero de estudio, Santiago Ydáñez (Jaén, 1969), su frescura técnica.
Paco Pomet es la primera retrospectiva de la obra del artista de Granada en un museo estadounidense.
Imágenes cortesía del artista. Esta muestra ha sido organizada por The Baker Museum de Artis—Naples.